Mazda: 100 años de historia.

Jujiro Matsuda (agosto, 1875) debió ver la relación muy clara cuando decidió reconvertir la Toyo Cork Kogyo Company Ltd, fundada el 30 de enero de 1920 y dedicada a los derivados del corcho, en una empresa íntegramente volcada en la producción de máquinas y equipos industriales creados por Curtis.

El detonante que hizo posible este cambio fue el nuevo escenario tras la I Guerra Mundial. Tres años más tarde, cuando un terremoto devasta la región de Tokio, EE.UU. envía camiones y pequeños vehículos para ayudar a la reconstrucción. Es así como el automóvil, hasta entonces considerado un bien de lujo, se impone como vector del desarrollo. La empresa inicia entonces la producción de un vehículo de dos ruedas con un motor de dos tiempos, con tal éxito que en unos pocos años, esta actividad eclipsaría a todas las demás.

En 1927, la empresa se rebautiza como Toyo Kogyo CO Ltd y a partir de 1929, Matsuda se plantea fabricar su propio automóvil, un vehículo de tres ruedas. La empresa busca un nombre más comercial y se decide por Ahura Mazda, el dios persa de la luz, la sabiduría, la inteligencia y la armonía que, casualmente, se pronuncia como Matsuda. La primera unidad del modelo creado, el Mazda Go (Mazda tipo DA), vio la luz en 1931. Tan sólo tres años más tarde, la empresa tendría que ampliar sus instalaciones para atender a una demanda cada vez mayor.

En 1936, las autoridades japonesas adoptan una nueva ley sobre la fabricación de automóviles y desaparece la producción extranjera. Ford y General Motors hacen las maletas en 1937 mientras las relaciones internacionales se deterioran progresivamente. Toyo Kogyo se ve obligada a unirse al esfuerzo nacional por subsistir. La fabricación de pequeños utilitarios de tres ruedas, considerada como “no prioritaria”, disminuye considerablemente. Sin embargo, Matsuda sigue acariciando su sueño de fabricar automóviles. Pese a un contexto muy desfavorable, a finales de los años treinta se realiza un estudio de un cupé y en 1940 se fabrica un prototipo. La entrada en la guerra de Japón corta en seco este programa.

Toyo Kogyo vive los años negros sin demasiadas dificultades. El 6 de agosto de 1945, Hiroshima queda totalmente destruida por una bomba atómica. Con la caída de una segunda bomba atómica, el 9 de agosto, en Nagasaki, el Imperio del Sol Naciente se rinde incondicionalmente a EE.UU. Unas 150 000 personas perdieron la vida. El complejo industrial de Toyo Kogyo, alejado de la ciudad, quedó prácticamente intacto e incluso hizo las veces de hospital improvisado para ayudar a las víctimas, aunque alrededor de 200 de las personas fallecidas con la explosión de la bomba de Hiroshima eran trabajadores de la Toyo Kogyo. Esta tragedia marca un antes y un después, no solo en la Segunda Guerra Mundial, sino también un nuevo comienzo para Mazda. A finales de ese mismo año, y a costa de grandes sacrificios y esfuerzos, se reinicia la producción de vehículos comerciales de tres ruedas.

Las ingentes necesidades de reconstrucción propician las ventas de este tipo de vehículos, y a lo largo de la década de los cincuenta la empresa se labra una reputación impecable entre unos usuarios que valoran, cada vez más, la calidad y robustez de los vehículos comerciales Mazda. En 1951, Tsuneji, el hijo de Jujiro Matsuda, sustituye a su padre al mando de la empresa.